En la dimensión espiritual, nada está en proceso de ser creado y nada será creado en el “futuro”. Todo existe, está totalmente desarrollado, maduro, completo, listo o formado. Además, en el ámbito espiritual todo es instantáneo, ocurre en un eterno presente. Por el contrario, en la dimensión natural, somos gobernados por el tiempo. Por eso, después de ser creados en el cielo, todo lo que es formado en la tierra en cumplimiento del plan de Dios requiere un proceso. Esto incluye nuestra vida y nuestro propósito.