La mayoría de las veces, Dios nos traerá sanidad interior para sanar cualquier trauma emocional o dificultades que hayamos experimentado a lo largo de nuestras vidas. Muchas veces la herida es más profunda de lo que pensamos y es ahí cuando necesitamos que Dios traiga una verdadera liberación en esa área. Desafortunadamente, muchos creyentes se han vuelto pasivos y han sustituido esta liberación tan necesaria por una terapia. En esta predicación, el apóstol Guillermo Maldonado enseña que debemos obtener no sólo la sanidad interior sino también la liberación interior.