Para que nuestras oraciones sean contestadas, nosotros como creyentes, debemos tener un estilo de vida que muestre una verdadera intimidad con Dios. Por otro lado, muchos creyentes oran desde una posición de siervos, pero nunca desde una posición de hijos. Incluso, podemos ver cómo Jesús se refería a Dios como su Padre y nos enseñó a hacer lo mismo cuando sus discípulos le preguntaron cómo orar. En esta prédica el Apóstol Guillermo Maldonado nos enseña que debemos pasar de orar como siervos a orar como hijos.